El primer ministro noruego Jens Stoltenberg decidió sorprender a sus ciudadanos y ponerse detrás del volante haciéndose pasar por taxista en la capital noruega, Oslo durante un día.
Los atónitos pasajeros tardaron poco en reconocer al chistoso político que constata que “quiso conocer la opinión de sus ciudadanos más de cerca”. Las conversaciones de este curioso taxista con sus clientes fueron grabadas con una cámara oculta dejando al descubierto las reacciones graciosas de los pasajeros al darse cuenta de quién les estaba llevando en el taxi. En casi todos los casos, la conversación se tornó en política, incluso una de las clientas más mayores se alegró de haberse encontrado con el presidente del gobierno de su país en persona ya que tenía pensado escribirle una carta. Las questionables habilidades al volante del ministro noruego quedaron al descubierto en esta “prueba de fuego” ya que muchos de sus clientes afirmaron haber pasado miedo en tal viaje, incluso el taxista primerizo hasta llegó a confundir el freno del acelerador del coche automático que conducía.
Según el propio Stoltenberg este experimento le resultó, además de divertido, útil, ya que constata que las verdades de lo que uno piensa muchas veces se dicen más claramente en un taxi.
Más allá de lo anecdótico, queda dicho que las elecciones legislativas noruegas del mes de septiembre se están acercando y las precampañas de los partidos ya están en marcha. Para Stoltenberg y su partido laborista este curioso episodio traerá seguramente las simpatías de más de uno.
Los amenos encuentros de este “enrollado” político con sus ciudadanos están recopilados en el siguiente vídeo:
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