Los idiomas nórdicos se pueden dividir entre las lenguas escandinavas y las lenguas fino-ugrias, perteneciendo en el primer grupo el danés, sueco, noruego y el islandés, y en el segundo grupo la lengua finlandesa. Asimismo, el idioma laponés, Sami es representantativo de las lenguas del norte de Europa y pertenece a la raíz urálica, mientras que el groenlandés de Groenlandia proviene de la raíz esquimo-aleutiana.
En la lingüística histórica, el árbol de la familia germánica del Norte, las lenguas escandinavas, se divide en dos ramas principales, en idiomas escandinavos del oeste (Noruega, Islas Feroe e Islandia) y lenguas escandinavas del este (danés y sueco), junto con diversos dialectos y variedades. Las dos ramas se derivan del grupo del dialecto occidental y oriental del antiguo nórdico, respectivamente. También hubo un antiguo dialecto llamado Gutnish hablado en la isla de Gotland. Los idiomas escandinavos del este (y también el Noruego moderno, a través del danés) estaban muy influenciados por el alemán durante el período Hanseático.
En la actualidad, el inglés están influyendo en los idiomas nórdicos de forma significativa con la excepción del islandés que presta menos palabras y expresiones del inglés que el sueco, noruego o el danés. El fino-ugrio finlandés tampoco usa muchos anglicanismos.
En cuanto a la escritura, el danés está relativamente cerca de las otras lenguas escandinavas continentales, pero los acontecimientos sonoros de habla danesa incluyen la reducción y la asimilación de consonantes y vocales, lo que le diferencia bastante del sueco, noruego e islandés. Aun así se puede considerar que las personas de habla escandinava, fueran se Suecia, Noruega, Dinamarca o Islandia, pueden entenderse bien entre ellos gracias a la similitud que une a sus idiomas. Algunas personas pueden tener dificultades, sobre todo las personas mayores que hablan un dialecto, pero la mayoría de la gente puede entender el lenguaje estándar, tal y como aparecen en la radio y la televisión, de los otros países escandinavos. Lógicamente el caso del finlandés con los idiomas escandinavos es el contrario, y de ahí también surgen ciertas diferencias en cuanto a la mentalidad de los pueblos. Ya que el idioma y la cultura se encuentran muy ligados el uno con la otra, los Finlandeses difieren a veces de los demás nórdicos en cuanto a costumbres y mentalidad. Como ejemplo tal vez se podría utilizar el invento de la sauna, que, por un lado es un invento muy bueno y caluroso para la situación septentrional de los países nórdicos, pero por otro lado, además de ser un invento auténticamente finlandés, el hecho de que la sauna sea muy popular en Finlandia y mucho menos popular en otros países nórdicos, a pesar del hecho de que también hay saunas en Suecia, Noruega o Dinamarca, es testigo de que la cultura finlandesa difiere de las costumbres escandinavas.
En general se dice que, por su origen germánico, las lenguas escandinavas son en general bastante fáciles de aprender, aunque al parecer no tan fáciles de entender cuando son habladas. El idioma finlandés, a su vez, es gramaticalmente muy difícil, pero más fácil de entender debido a su clara fonética; el finlandés se pronuncia exactamente tal y como está escrito, de una forma fonéticamente similar a algunas lenguas románicas como el español o el italiano, a pesar de no compartir raíces con éstas. Más información sobre los idiomas nórdicos en los siguientes enlaces:
- El finlandés
- El danés
- el sueco
- el noruego
- el islandés
- La lengua Sami
- Groenlandés
- El idioma Feroés