La historia de Finlandia comienza hace unos 10.000 años cuando el territorio de la actual Finlandia empezó a liberarse de la gruesa capa de hielo que lo cubría durante la era glacial. Es entonces cuando cuando la zona hoy conocida como Finlandia, es habitada por pobladores provenientes del sur y del este. Durante toda la era prehistórica, hasta el fin de la era vikinga entorno al año 1050, Finlandia fue poblada y repoblada hasta convertirse en una mezcla de tribus fino-ugrios y de tribus indoeuropeos predominando en el pueblo la cultura e idioma fino-ugria. La era prehistórica se considera terminada en Finlandia entorno al año 1150 con la primera cruzada cristiana destinada a las tierras nórdicas. Durante la era propiamente histórica, Finlandia pasó más de seis siglos bajo dominio sueco, tras lo cual pasó a ser un gran ducado de Rusia entre 1809 y 1917, año en el que se independizó, coincidiendo con la segunda revolución rusa. El golpe bolchevique aumentó las diferencias políticas en la recién independizada Finlandia que se vio abocada a una guerra civil en 1918 que duraría cinco meses.
Entre los años de entreguerras Finlandia se industrializó al ritmo más veloz de Europa destacando sobre todo en las industrias de procesamiento forestal.
El ventajoso tratado de paz, que Finlandia había firmado con la Unión Soviética en 1920, se rompió en 1939 con la invasiva de la URSS a Finlandia que hizo estallar la “Guerra de Invierno” entre los dos países. Por un lado Finlandia había adoptado unos años antes, en 1935, una orientación escandinava en su política exterior para asegurar su posición neutra, mientras que por otro lado la Unión Soviética y Alemania habían suscrito en 1939 un pacto de no agresión que incluía una cláusula secreta que sometía a Finlandia a la esfera de influencia de Moscú.
La guerra de Invierno duró los cuatro meses de invierno fallando el intento de invasión por parte de la U.R.S.S, aunque Finlandia tuvo que ceder vastas regiones surorientales a su vecino gigante para mantener su independencia.